1-Libérate de tus “objetivos”: En muchos manuales y cursos de pensamiento positivo o coaching nos instan a “fijarnos objetivos”. Es más, este paso parece el sanctasanctórum de cualquier método para mejorar nuestra vida. Pues no. Si una vez fijados los objetivos estos son un impedimento para lo que queremos obtener, hay que eliminarlos y liberarse de ellos. Por ejemplo, quiero obtener un millón de euros para ser feliz, pero intentar conseguirlo me vuelve enormemente infeliz, así que cada vez que intento acercarme a mi objetivo me alejo aún más de él. Parafraseando al genial Groucho Marx "Estos son mis objetivos, si no me gustan, tengo otros"
2-Libérate de la imagen. Nos referimos a la imagen exterior. Tienes derecho a ser gordo, flaco, alto, bajo, calvo o feo y seguir siendo feliz. Si por mantener o modificar tu imagen exterior has de sobresforzarte y estresarte abandona inmediatamente ese camino. Piensa que dentro de cien años todos calvos, y que la más perfecta de las bellezas se marchita con el tiempo, pero ese tiempo precisamente tan limitado es tu vida, y si pierdes una hora en la que has podido ser feliz y no lo has sido, esta oportunidad no vuelve nunca más.
3-Libérate del “Futuro perfecto”. Es típico de las personas pensar que a pesar de que su actual vida sea imperfecta creer que el futuro les depara un mar de felicidad. Pero el tiempo pasa y ese ansiado futuro feliz no llega. Y no llegará jamás. La vida es fundamentalmente una lucha. En la naturaleza con el despertar de un nuevo día la gacela luchará por correr más que el león y el león más que la gacela. Vendrán terremotos, ascenderán y sucumbirán países y sistemas. Pero el mundo seguirá, y puede que hoy seamos los reyes del mundo y mañana no tengamos para comer. Si sabemos esto aprenderemos a disfrutar de lo poco y lo mucho, e incluso a disfrutar de la lucha de la vida, pues es para lo que estamos preparados y lo que nos hace sentir vivos y útiles. Pero lucha no es violencia. Cuando el león ha comido no se dedica a cazar más gacelas. Lucha por vivir sencillamente, y detente ahí, pues precisamente esta lucha natural nos hace dejar de pelear por cosas vanas, y centrarnos solamente por superar los retos que nos plantea del día a día, sin ansiar nada más ni malgastar inútilmente nuestras energías.
4-Deja de pensar tanto y haz cosas. ¿Qué cosas? Muy sencillo: aquellas que te hagan feliz. Canta si te gusta cantar, duerme si te gusta dormir, lee, escucha música, acaricia, besa, camina, corre, salta, grita. Vive. Ahora. Ya.