Cuando Tintín llegó a la luna
- Tomás Pelado
- 8 mar 2017
- 4 Min. de lectura
Cuando Tintín llegó a la luna, dejó en la Tierra el último sueño de una frontera imposible: en pocos años el viaje a la luna pasaría de los libros de fantasía a los de historia.

Cuando en julio de 1969 el comandante Neil Amstrong pisó la Luna por primera vez, fue sin duda un gran paso para la humanidad, pero el fin del viaje a la luna como aventura fantástica o de ciencia ficción futurista. Porque si bien es cierto que tras el alunizaje el Apolo XI muchas son las novelas y películas cuya trama acontece en nuestro satélite, el hecho de la conquista de nuestro mundo vecino convierte a este en un entorno menos indómito y más doméstico, menos proclive al terreno fantástico. Y en breve aún lo será más. Ahora, en 2017, una empresa proyecta para dentro de pocos años el primer viaje turístico a nuestro satélite natural. Y me imagino que, si no hay por el medio ninguna convulsión político-social o natural, quizás podamos ver en una década o a lo sumo dos, viajes espaciales al alcance de la clase media.
Pero hasta estos hitos de los siglos XX y XXI el viaje a la Luna era sinónimo de viaje inhóspito y épico, de travesía azarosa hacia un desconocido y misterioso mundo.
Ya en el siglo XVIII el Barón de Münchhausen, en la versión literaria que el escritor y científico aleman Rudolf Erich Raspe hizo del personaje real, viaja hasta los brazos de Selene montado en la bala de un cañón. Pero este no fue ni de lejos el primer viaje imaginado a la luna. En la Grecia clásica a empieza a hablarse de los Selenitas, los habitantes de la luna, y de los primeros humanos en entrar en contacto con estos seres. También antes del viaje descrito por Raspe, en 1657 , el igualmente escritor francés Cyrano de Bergerac compuso una detallada obra sobre la sociedad lunar : Histoire comiqué des Estats et empires de la Lune (Historia cómica de los Estados e imperios de la Luna) que a modo de sátira retrata la vida de este mundo paralelo al nuestro. Saltamos ahora al siglo XIX y nos encontramos con la imperecedera obra de Julio Verne "De la Tierra a la luna" y su continuación : "Alrededor de la luna" . Cambiamos a continuación rápidamente de siglo y en 1091 aparecen "Los primeros hombres en la luna" (en inglés The First Men in the Moon) del británico H.G. Wells. Y como no, todo ello no podía sino desembocar al año siguiente, en 1902 en la considerada primera película icónica de ciencia ficción Le Voyage dans la Lune (titulada Viaje a la luna en español) dirigida por Georges Méliès cuyo guion, escrito por el director y por su hermano mayor Gaston Méliès, está basado en las dos citadas novelas de Verne, y Wells.
Pero entre estas dos fechas, el alunizaje real del Apolo XI y la primera película de viajes a la luna nacen Las aventuras de Tintín (Les Aventures de Tintin et Milou en su idioma original) creada por el caricaturista belga Georges Remi (Hergé) siendo es uno de los cómics más populares e influyentes a nivel mundial y exponente destacado del estilo gráfico conocido como "línea clara".
La colección de las Aventuras de Tintín la componen 24 álbumes, publicados entre 1930 y 1976. Su protagonista ,Tintín, es un joven reportero cuya profesión , y su natural propensión a inmiscuirse en líos, le llevará a vivir junto a su fiel perro Milou prolíjas aventuras a lo largo y ancho del planeta, acompañado por multitud de personajes secundarios como , el capitán Haddock, el profesor Tornasol, los detectives Hernández y Fernández y la cantante Bianca Castafiore. Tras atravesar diferentes etapas de desarrollo en solitario su autor crea en los años 50 los Estudios Hergé, con un equipo profesional al frente de la historieta. Y precisamente su primer trabajo fue la incursión de Tintín en el mundo de la ciencia ficción, con dos míticos títulos : Objetivo: la Luna y Aterrizaje en la Luna, que vieron la luz en forma de entregas periódicas en la revista Tintín entre el 30 de marzo de 1950 y el 30 de diciembre de 1953.
El trabajo de documentación de Hergé para esta historia fue exhaustivo. Tanto es así que muchos ven puntos coincidentes con la misión real del Apolo XI, menos de dos décadas después. Lo cierto es que el diseño exterior de la nave con la que viaja Tntin está inspirado el los cohetes V2 de Wernher von Braun que a la postre sería uno de los principales responsables de la incipiente carrera espacial norteamericana. Tanto es así que cuando se produjo el alunizaje real en 1969 la revista Paris Match encargó a Hergé una historieta-reportaje haciendo un crossover entre el cómic y la siguiente misión espacial real, la del Apolo XII, una de cuyas viñetas ilustra este artículo.
Como curiosidad podemos citar que en los estudios se construyó una maqueta detallada del cohete para que durante la historieta se pudiesen siempre ubicar a los personajes dentro del vehículo y dibujar los decorados de viñetas con la perspectiva adecuada. Cohete que tuvo la supervisión de Ananolf, un autor de una obra seria sobre astronáutica. Porque en esta obra, además de trepidantes aventuras, se explican algunos conceptos científicos, explicaciones siempre teñidas con el característico humor de Hergé que las hace fácilmente asimilables para los niños y no tan niños a los que nos sigue fascinando esta historia.
Cuando Tintín llegó a la luna dejó en la Tierra el último sueño de una frontera imposible: en pocos años empezaría la frenética carrera espacial que culminaría con la hazaña del Apolo XI trasladando el concepto desde los libros de fantasía a los de historia moderna.
Aquí lo puedes encontrar.
Comentários