'Star Wars es una narración que supera los códigos de la ciencia ficción, de la fantasía o del western'
Desde el estreno de la primera entrega de Star Wars en 1977, la saga creada por George Lucas se ha convertido en uno de los fenómenos de masas más importantes de la cultura pop contemporánea. Sin embargo, su éxito sin precedentes ha provocado que el “invento Lucas” sea considerado habitualmente como un mero artefacto de entretenimiento. Para muchos especialistas y aficionados, Star Wars solo destacaría por sus novedosos efectos especiales, por la revolución que supuso en el ámbito del merchandising o por la aparición a gran escala del fenómeno fandom.
Siendo correctas estas afirmaciones, resultan incompletas. En realidad Star Wars es uno de los productos culturales más complejos y ricos que ha dado el cine estadounidense. Y no sólo como parte de la cultura popular, sino también de la cultura erudita. Esta realidad es una de las más desconocidas de la saga. Su éxito comercial, la utilización de los códigos del cine de género (más accesibles para el gran público) o la sencillez de su lenguaje narrativo, han hecho pensar que Star Wars es un simple ejemplo de cine blockbuster. Pero por debajo de esta apariencia fluye un subtexto mucho más interesante si cabe. La saga galáctica es un compendio de múltiples referentes culturales que se entremezclan, no como en una coctelera, sino a partir de una estructura argumental precisa y consciente: el viaje del héroe del mitólogo norteamericano Joseph Campbell.
Independientemente de que las teorías de Campbell tengan partidarios y detractores, independientemente de que la base psicoanalítica de dichas teorías siga en boga actualmente o no, lo cierto es que detrás de las trepidantes aventuras de la familia Skywalker está el libro de Joseph Campbell: El héroe de las mil caras. Psicoanálisis del mito. Y no sólo porque diversos autores y críticos cinematográficos así lo hayan afirmado, sino porque el propio Lucas lo reconoció en vida de Campbell (1904-1987).
Se ha rastreado en Star Wars la influencia de los samuráis de Kurosawa o de los caballeros del rey Arturo para la creación de la Orden Jedi; del western de John Ford en el desarrollo de diferentes subtramas y personajes como Han Solo; de sagas literarias como ‘Fundación’ o ‘Dune’, de cómics como ‘Valerian’, de seriales televisivos como ‘Flash Gordon’, incluso de las religiones orientales como base del concepto de la Fuerza. Pero todos estos elementos no aparecen esparcidos de forma aleatoria, sino que se encuentran ordenados a través del esquema del viaje del héroe. Esta teoría sería el tronco de la saga, su esqueleto argumental.
Para quien no conozca este vínculo, Joseph Campbell fue, en la segunda mitad del siglo XX, uno de los máximos expertos mundiales en el estudio de los mitos. A partir de las investigaciones de Carl Jung y Sigmund Freud concibió una teoría que él mismo definió como Monomito. Para Campbell, todos los mitos (independientemente de su origen histórico o geográfico) tienen una serie de elementos comunes, fruto del inconsciente colectivo jungiano. Estos elementos comunes dan lugar a unas estructuras narrativas que se repiten en cada cultura humana, siendo la más habitual la del viaje del héroe.
Esta es la teoría en la que se basó Lucas para crear Star Wars. Bajo la apariencia formal de cine blockbuster, la saga galáctica sigue paso a paso las etapas que conforman el “héroe” campbelliano. Nacidos en regiones alejadas de los centros de poder (Anakin, Luke, Sargon, Moises, el rey Arturo…), los héroes mitológicos inician un viaje por el mundo de la aventura después de negarse a cruzar el umbral de la vida cotidiana (como Anakin diciéndole a su madre que no puede dejarla atrás después de ser liberado). En ese mundo extraordinario, el héroe se enfrenta a numerosos peligros hasta afrontar la prueba suprema en la que debe morir (Luke es engullido por una criatura abisal en el vertedero de desperdicios de la Estrella de la Muerte), para renacer después en la aventura aniquilando el ego y la inmadurez. Aquí las historias de Anakin y Luke toman rumbos distintos, aunque lo hacen a partir de las dos líneas maestras del viaje campbelliano. Anakin hará frente al encuentro con la reina diosa del mudo, en este caso Padme Amidala. Pero el futuro Vader impondrá sus miedos sobre la defensa del bien común y pasará al lado oscuro por su egoísmo mientras traiciona a la República. Luke en cambio no protagoniza este encuentro con la reina diosa, sino que su viaje culmina en un encuentro con la figura paterna (como tantos otros héroes mitológicos, cuyas peripecias concluyen con una freudiana reconciliación con el padre).
Este es el referente fundamental que convierte a Star Wars en una narración que supera los códigos de la ciencia ficción, de la fantasía o del western. Otro ejemplo clave sería en nacimiento sobrenatural del héroe. Se llame Jesucristo, Sidharta Gautama, Hércules o Huitzilopochli, los protagonistas de los mitos y de las religiones suelen tener un nacimiento o una concepción milagrosa, ya que han venido al mundo a realizar actos extraordinarios, están señalados por los dioses y por eso su nacimiento es especial, sobrenatural. Al igual que ocurre con Anakin, en cuya concepción no participa ningún varón, sino los midiclorianos, aquellos que comunican la voluntad de la Fuerza, equivalente a los dioses de los mitos paganos o al Dios de las religiones monoteístas.
Con estos referentes, sería preciso definir a Star Wars como un tipo de narración distinta a su clasificación habitual. Aunque tiene elementos de ciencia ficción, space opera, fantasía, aventura heroica o western espacial, la saga creada por George Lucas es más bien un mito moderno. Como indica el gran especialista español en mitología, Carlos García Gual, si bien los mitos tradicionales son historias religiosas, también podemos considerar como mitos las narraciones filosóficas de Platón (el mito de la caverna o la Atlántida, por ejemplo), mientras que el Ciclo Artúrico sería un mito literario surgido siglos más tarde en el mundo medieval. Por tanto, Star Wars podría considerarse como una nueva forma de evolución del mito. Un mito moderno y cinematográfico en una sociedad consumista.