Ante todo decir que, como reza el encabezamiento del artículo, vamos a contar únicamente nuestra experiencia personal tras el visionado del film. No se trata de una crítica sesuda ni con afán analítico. Su disección la dejamos para los cinéfilos y críticos de cine que ya se encargarán de evaluar las bondades y debilidades de la nueva entrega de la franquicia de James Cameron dirigida en esta ocasión por Tim Miller, tras su notorio debut en la gran pantalla con Deadpool (2016)
Ficha técnica
Título
Terminator: Destino oscuro (España) Terminator: Destino oculto (Hispanoamérica)
Dirección
Tim Miller
Producción
James Cameron
David Ellison
Dana Goldberg
Guion
Billy Ray
David S. Goyer
Justin Rhodes
Josh Friedman
Historia
James Cameron Tim Miller David Ellison
Música
Junkie XL
Protagonistas
Arnold Schwarzenegger Linda Hamilton Diego Boneta Natalia Reyes Gabriel Luna Mackenzie Davis
Lo primero que destacamos es que esta nueva cinta se aparta de los últimos Terminator, en prácticamente todos los aspectos; historia, factura visual y ritmo narrativo.La intención de diferenciarse de las anteriores Terminator Salvation (2009) y Terminator Génesis (2014) es evidente, y se pone de manifiesto nada más arrancar la historia, cuyo origen se deslocaliza de las calles o autopistas estadounidenses para iniciarse en México DF. Este hecho no es casual, pues siguiendo la estela de otros universos cinematográficos (aquí pensamos en Marvel) se ha optado por incorporar la inclusión social y lo políticamente correcto en la trama. Inmigración, minorías étnicas , feminismo y empoderamiento marcan la pauta del desarrollo del guión, que junto con una acción trepidante confieren el carácter a este último capítulo de Terminator que sirve otra ración de las emocionantes peripecias de los voluntariosos humanos frente a las frías y calculadoras máquinas.
Dicho esto se puede decir sin pudor que Terminator Dark Fate intenta copiar el leiv motiv de la película de 1984 , pretendiendo parecerse a la original, en cuanto a trama subyacente, ritmos narrativos e incluso estéticos, cosa que se acentúa con la intervención de los principales protagonistas de la misma, Sarah Connor y el T800 encarnados por unos envejecidos Linda Hamilton y Arnold Schwarzenegger, pero que cada uno a su manera le dan una fuerza y carisma a esta película que de otra forma no tendría sin su participación. Una Linda Hamilton por cierto soberbia en cuanto a interpretación y con un personaje con mucha más profundidad y fortaleza que en sus anteriores intervenciones en las primeras películas de la saga que ya es decir mucho. Para mí lo mejor de la cinta. Arnold por su parte se encarga, además de repartir leña a izquierda y derecha, a aportar la breve cara cómica de Dark Fate, además de la paradójicamente más familiar y humana, con algunas de las mejores frases del metraje en su haber.
Las nuevas incorporaciones femeninas, la canadiense Mackenzie Davis que da vida a una humana mejorada proveniente del futuro y la colombiana Natalia Reyes que encarna a Daniella Ramos "Dani", una humilde trabajadora mexicana, en el punto de mira del nuevo Terminator, tienen también su particular proyección con momentos únicos, aunque lejos de la portentosa intervención de Hamilton.
El malo es interpretado por el actor estadounidense Gabriel Luna que pone rostro a un nuevo modelo de cyborg, cuyas funcionalidades superan las de todos sus antecesores, aunando las ventajas de los modelos más ‘antiguos’ y los más nuevos, en una suerte de capacidad de desdoblamiento inesperada que pondrá en serios aprietos a los protagonistas.
Lo que menos nos gustó a los que asistimos a la proyección es la gran inconsistencia de la trama, que como ya se sabe en las historias con viajes en el tiempo (nos acordamos de nuevo de Marvel y Avengers) cualquier cambio drástico en la continuidad de los acontecimientos se puede solventar apelando a líneas temporales alternativas que igual cambian el pasado, el presente así como el futuro. Hasta aquí todo correcto y aceptable. Lo que no se justifica es que toda la alteración de la historia original se despache con un par de rápidas escenas y otro par de frases, tal vez como excusa para la inclusión de los protagonistas de la película del 84, que compensan quizás el precio a pagar por tan inexplicable deriva argumental.
Por lo demás, salvando las primeras escenas de la película, en las que cuesta imbuirse en ella y hasta que ya ves por dónde van a ir los tiros (metafóricamente y literalmente), al final resulta una entretenida historia, muy digna de la saga y de la que se puede disfrutar de su visionado más de una vez.