Parece ciencia ficción, pero es una realidad que se puede imponer a muy corto plazo...
Si Isaac Asimov levantase la cabeza quedaría perplejo quizás porque ni en sus más atrevidas visiones hubiese imaginado que el primer paso para reconocer a los robots como personas, fuese a efectos de las cotizaciones a la Seguridad Social. Y es que aunque parezca una noticia falsa, esta locura no lo es.
O sino que se lo digan a Mady Delvaux, europarlamentaria del grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas, que ha propuesto en el Parlamento Europeo un plan para minimizar el impacto que la invasión de la robótica en los diferentes ámbitos de la sociedad, tanto domésticos como empresariales, se prevé que vaya a tener en los próximos años, en especial la pérdida de puestos de trabajo y por ende de cotizaciones a la seguridad social que traerá esta nueva realidad. Por ello ya se empieza a pensar en la creación de la figura de la “Persona Electrónica” aplicada a los robots trabajadores, persona por la que, como al igual que cualquier trabajador de carne y hueso , la empresa tendrá que cotizar por ellas a la Seguridad Social.
A primera vista surgen todo tipo de dudas, pues ¿A qué se ha de considerar robot y a que no? Una puerta automática que controla el acceso a un bloque de oficinas mediante tarjetas electrónicas y que abre y cierra al paso de personas ejecuta un trabajo de control de acceso, que anteriormente tenía que ser realizado por un portero ¿Sería considerado esto robot? El director general del departamento de robótica y la automatización de la compañía alemana VDMA (que representa a Siemens o a Kuka), Patrick Schwarzkopf , declaró a Reuters que este intento de regulación llega demasiado pronto;"La idea de crear un marco jurídico con personas electrónicas es algo que podría suceder en 50 años, pero no dentro de 10 años. Pensamos que sería muy burocrático y podría impedir el desarrollo de la robótica"
Y es que el futuro, es ahora, y tendremos que ir acostumbrándonos a una sociedad en la que los robots formen parte de nuestra realidad cotidiana, como lo son ahora los smartphones o los ordenadores. Y la primera y más inquietante reflexión que se extrae de esto es cuantos años pasarán de hablarse de “Personas electrónicas” a pensar en “Ciudadanos electrónicos”, con todos sus derechos y deberes. Entre tanto hay tema para escribir muchos libros de ciencia ficción.