Es natural que disfrutes con alguna de estas historias, las cuales curiosamente no suelen rebosar acción precisamente. Suelen centrarse más en “el culebrón” y “las putadas”.
Pd: -Dijo Aristóteles que el arte imita a la vida- el grimdark se mea en esta cita.
“Un tipo llega a la aldea. Su cara es la antítesis de la expresividad. Lleva espada. Cicatrices molonas. Nadie le aguanta la mirada. Hasta el perro del pocero es un ladrón, un violador, déspota, psicópata, y en definitiva cualquier apelativo con el que se pueda describir a la peor calaña bípeda y “pensante” de nuestro planeta. Cuchilladas y traiciones constantes. Culebrón, tragedia y caras de póquer para dar más “dramatismo” a la escena. ¿Alivio cómico? ¿Qué es eso?”
Os suena ¿Verdad? Esta es la historia fantástica/medieval mainstream del momento. Quizá más en su versión audiovisual, ya que en su forma escrita tiene más variedad y competidores. Pero también en esta última es una tendencia en alza. Voy a ser sincero ya que la hipocresía me lacera la dermatitis de mi pierna derecha, y dicha pierna está ya al borde de la amputación. Estas historias denominadas ahora “Grimdark”, a mí me encantan, sobre todo las buenas. Es cierto que puedes acabar un poco cansado del olor a sudor, sexo, barro y demás, pero los seres humanos somos un amasijo de deseos, terrores, y aspiraciones, por lo que si eres de los que tienen un apetito bastante omnívoro es natural que disfrutes con alguna de estas historias, las cuales curiosamente no suelen rebosar acción precisamente. Suelen centrarse más en “el culebrón” y “las putadas”. La fantasía en este caso en concreto es mera anécdota y escenario; y nada que objetar, porque como dije, las disfruto, y mucho.
-Punto favorable: si es buena, como cualquier historia entretenida, lo pasarás bien.
-Punto negativo: pierde coherencia y consistencia al apoyarse en un único punto de la existencia con el cual una persona puede identificarse, que es: la parte negra y más venenosa de nuestra naturaleza.
Pd nº2: este garabato no es una crítica, ni siquiera es una opinión repleta de datos bibliográficos -en teoría- contrastados, tampoco es -Nut nos salve- una disertación profunda e intensa; únicamente es un: “quítame de ahí ésa bilis y ponme un poco de humor”.