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Apocalipsis L (Segunda Parte)


Os dejamos la segunda parte de ' Apocalipsis L'. una historia de Zombis que se origina en tierras castellanas... Aquí podéis leer la primera: Apocalipsis L (I)

Día 1 Bea aún iba por la mitad del bostezo matutino, cuando Cris la asaltó con un grito por detrás en el salón/comedor/cocina de su mínimo piso de estudiantes, no solo para tirarle la mitad del café. -Venga nena pégate una ducha rápida, que hemos quedado con estos para ir al Centro Comercial nuevo, se rumorea que han puesto el 100 montaditos más grande de la ciudad. -Uhh, que locura…- dijo Bea a 35 pulsaciones. -¿Pero qué mierdas hacéis despiertas a estas horas? Si se enteran mis padres de que madrugo en sábado me devuelven pAlmería. -Naada, he quedado con estos de tomar unas cañas por Legazpi, venga prepárate.- Cris informó a sus compañeras, y mientras se liaba un pitillo tarareaba algo de reggeaton antiguo. El timbre de la puerta de abajo sonó. Era Natalia, que venía de un recital de los niños del colegio de educación especial. -¿Bajáis chicas? He hablado con Paúl, y dice que habéis quedado por su barrio asique me uno.- Natalia jugueteaba con su pelo mirando fija a la nada cuando una voz la distrajo ``Subee Nataliiiees´´. Era la hora de la caña, ya había un sol fuerte fuera, que iluminaba por la diminuta ventana del salón. La ducha ya no se oía, Cris, Marta y Natalia se impacientaban en el salón por que no conseguían cargar la última actualización de Instagram de un tal @ElGuapoAnonimo, y con gritos descoordinados metían prisa a la pobre Beatriz que dudaba si teñirse de rosa o pedir tinto en vez de caña. Una vez estando todas listas para salir y dadas ya por vencidas de ver ningún torso desnudo en sus redes sociales. Se dispusieron a salir. -Bueno esperaos porque Fer lleva bastante sin contestar, a ver si han rajao, que nos los conocemos.- Dijo Cris sin haberse levantado todavía del sofá. -Ya en verdad si, Paúl también está pasando de mi rollo, aunque bueno creo que no le están llegando.- No sería la primera vez que su novio no hacía caso de los mensajes de Natalia. Bea llevaba a voz cerrada unos minutos, como sin prestar ninguna atención al resto. -Callaos- Dijo Bea por fin. -¿Qué?- Marta no llevaba bien que la manden callar. -Callaos ostia, escuchar… ¿No lo oís?- Tras dos instantes en silencio, se comenzaba a oír una amalgama de ruidos. Gritos, frenazos, golpes en general y varios perros se distinguían perfectamente en la extraña lejanía del centro de Madrid. -¿Qué coño es eso?- Natalia cambió rápidamente el rostro. –Parece que viene de Sol ¿No? Bea se acercó un poco a la ventana para escuchar mejor. –Si si, es por aquella zona, poned la tele a ver si están dando noticias o algo.- -No hay noticias a estas horas.- Dijo marta que estaba sosteniendo el cerrojo dispuesta a salir importándole bien poco lo que se pudieran ser los ruiditos, como ella decía, de la calle. Cris se incorporó para coger el mando de la tele y lo primero que pudo apretar fue el cinco, que sintonizó antena 3, ya que era de esas teles que nunca fue debidamente ordenada por nadie. ``…todavía no se ha confirmado con certeza, pero parece ser que un grupo de tres exaltados ha aparecido dentro del Congreso, no se ha determinado aún como consiguieron entrar, pero están causando el pánico dentro de la Cámara Baja. Lo que sí parece un hecho confirmado, es que esto está relacionado con otros altercados similares por las calles de todo el país, donde un clima de violencia ciudadana se ha instaurado. Los primeros…´´ -Joder ¿Pero qué locura es esta?- Marta había soltado ya la puerta, y miraba la tele absorta como las demás. -¿Oye no le tocaba a Claudia hoy cubrir el Congreso?- preguntó Natalia bastante preocupada. -Pufff si, hablé a la mañana con ella y me lo dijo, que por eso no venía a las cañas, voy a llamarla ya.- -No da señal, lo acabo de intentar.- Bea cortó a Cris y todas enmudecieron. La idea de salir a la calle empezaba a no ser tan divertida, todas intentaron llamar por teléfono, comunicarse por redes sociales, pero nada los mensajes no llegaban a destino. En todas las cadenas se estaba hablando de lo mismo, parece que por el momento estaba pasando solo en Madrid, o solo se informaba de la capital. La conexión con el Congreso continuaba, y ahora emitían desde la cámara de un reportero que se encontraba en el interior. Natalia se levantó del sofá señalando al televisor. – He visto a Claudia, estaba sentada ahí al lado de la puerta, en el suelo. Era ella seguro, llevaba el micro de TV3 en la mano, joder…- -Bueno parecen estar bien ¿no?, hay bastante gente ahí metida, seguro que ya está entrando a sacar a los que la están liando, y salvar a los rehenes.- Marta aún no se había sentado, y pretendía calmar el ambiente. Hacía ya un rato que el audio de la conexión se había perdido, y solo llegaban algunos segundos sueltos. La cámara, que se dedicaba a hacer paneos de la habitación, pero de repente enfocó a las puertas, y se pudo distinguir entre todo el mundo a Claudia Oliver, su amiga periodista, perfectamente, como se levantaba de un salto y se alejaba de las puertas. Todo el mundo se retiraba de ellas, y pese a la poca calidad de imagen, se veía como temblaban, cada vez más y más. -Está pasando algo, mirad, va a entrar alguien.- -Será la policía con el ariete, habrán atrancado las puertas y ahora no las pueden abrir, piden que se quiten para no hace-. Marta paró en seco al ver las puertas venirse abajo, al otro lado… La cámara se sacudió muy fuerte, impidiendo ver nada, pero el audio volvió totalmente por el golpe que debió recibir y gritos de pánico al máximo volumen posible dejaron sordas a nuestras protagonistas. -Eso no es la policía…- Bea que se había levantado como un relámpago por el susto, se apoyaba en la mesa de la cocina cabizbaja y temblorosa. Los gritos de miedo no cesaban, la cámara no había dejado de moverse y ahora parecía estar rodeada de personas que se agolpaban unas encima de otras, trepando, empujando, pegando… -¿PERO QUE OSTIAS PASA? ¿QUE DIGAN ALGO NO?- Bea había empezado a gritar y no había forma humana de pararla. No cortaban las imágenes, se podía ver a gente sangrando, no se distinguían casi nada unos de otros, pero estaba claro que los que habían entrado ahí no era para salvar a nadie. Estaba pasando algo gordo. La cámara se fue al suelo de repente, dejando ver solamente pies que corrían de un lado a otro. Una persona calló desplomada en primer plano, con la cara y su traje gris cubiertos de sangre, inerte, como un saco de pierdas había rebotado un par de veces contra el suelo y ahora solo se veían sus ojos entornados y una herida casi negra, que no paraba de sangrar en su cuello. Ninguna decía palabra, hacía un rato que habían puesto el mute en la televisión, se miraban entre ellas, y al suelo. Estaban petrificadas, no paraban de pensar en su amiga Claudia, en que estaba pasando, en cómo podría haber salido de ahí, en si alguna había conseguido verla entre la multitud… en que no tenían ni idea de que mierdas le estaría pasando a su amiga. -No está.- Marta miraba fija a la tele. -¿Qué no está?- Le preguntó Cris sin alzar ni la vista ni la voz. Marta algo alterada le contestó- El tío, el muerto no está ahí.- Todas levantaron la mirada hacía la pantalla.- Se habrá movido la cámara, no ves que se estará llevando mil golpes ahí tirada.- -Que no joder, mirad, el fondo es el mismo, la puerta está en el mismo sitio…- Marta casi no podía articular palabras. Mientras estaba hablando, la cámara se llevó una patada y al terminar de girar, se vio de nuevo al hombre del traje gris, con la misma herida sangrante y la cara totalmente roja, solo que esta vez estaba de pie, y apretaba contra su pecho y dientes a un joven periodista, que se reconocía por su distintivo de Intereconomía. -Zo… Zo… -¡¡ZOMBIES!!- Seguido del grito patrocinado por Natalia, todas entraron en pánico, y llevaban ya varios minutos de griterío, cuando Bea comenzó a hiperventilar. -Necesito aire joder, ¡Apartad!- Bea tiró a Natalia sobre la mesa, en su camino hacia la ventana, que llevaba abierta todo este tiempo. Bea agarró la ventana con todas sus fuerzas y la abrió de par en par, subiéndose a la encimera y sacando medio cuerpo fuera cogió la bocanada de aire más grande que pudo. Marta que se encontraba cerca de la puerta miraba fijamente a la ventana mientras intentaba balbucear algo. -Be…Be..Cu..Entra…- -AAAAAHHHH- El grito de Bea espabiló al resto de chicas que miraron hacia Bea, la cual estaba siendo zarandeada por un brazo que venía desde el tejado. Un zombie la había agarrado del pelo y no la soltaba. Todas comenzaron a tirar de los pies de Bea que no paraba de gritar. - ¡¡¡Suéltame hijo de puta¡¡¡- En uno de los pataleos golpeo a Marta en la barbilla, que cayó contra la televisión tirándola junto con ella al suelo, Natalia tampoco pudo aguantar y Cris quedó sola agarrando ambas piernas de Bea que golpeaba el brazo del Zombie que ya había asomado la cabeza por completo. Poco pudo hacer Cris… asistir solamente a como Bea desaparecía entre sus gritos ya totalmente exhaustos encima de sus cabezas. Cris cerró la ventana y miró al grupo. Desencajadas, descompuestas sin saber cómo reaccionar, y muy nerviosas. Marta se levantó rauda del suelo con una herida abierta en el brazo hacia la puerta. Cogió del suelo las llaves y dirigiéndose a las otras les gritó: FUERAA¡¡ La puerta se abrió, no sin dificultades, y Marta fue la primera en salir al rellano presa de los nervios. -A DENTROOO¡¡- Marta empujó a las otras de nuevo hacia el piso y cerró la puerta de un portazo. – Hay varios en las escaleras, joder, estamos bien jodidas.- -Son zombies no me jodas! No me jodas! Al final ha pasado…- Cris se tiró al sofá buscando el paquete de tabaco y encontrándolo. No les hizo falta cruzar más palabras, sabían lo que estaba pasando y no necesitaban explicación alguna, el Apocalipsis Zombie había llegado y les había pillado en el centro de Madrid. Eran conscientes de sus circunstancias. Realmente estaban jodidas. En ninguna de las charlas que habían tenido con sus amigos sobre el tema, que no eran pocas, aparecía un escenario que empezara en un cuarto piso sin ascensor en plena Malasaña, la cosa pintaba mal, y era algo que pasaba por la cabeza de todas. Se concentraron en reforzar la puerta, atrancar la ventana, y buscar cualquier cosa que pudiera valerles como arma. Estaba empezando a anochecer, la televisión estaba rota, pero les daba un poco igual. El suministro eléctrico se cortó a mitad de la tarde, la batería de los móviles escaseaba, pese al poco valor que tenían sin haber línea, tranquilizaba tenerlo cerca. Pusieron reggaetón antiguo que tenían descargado, y trataron de dormir como pudieron. Por poco que valga, es mejor que Don Omar en voz baja amortigüe los sonidos que provenían de las calles de Malasaña. Día 2 -La radio- Cris se levantó de las escasas dos horas de sueño que había conseguido hilar como una exhalación y salió corriendo hacía su habitación. -Cris joder, no hagas ruido, hay mucho silencio y podrías llamar mucho la atención.- Marta que estaba ya despierta la seguía con la mirada y la vio salir de la habitación con una mochila negra y tirarse al suelo a registrarla. -¿Qué buscas?- -Esto.- Cris sacó la mano con un pequeño transistor negro en ella.- Soy idiota, como no se me ocurrió ayer, en las pelis, cuando se cae internet y el resto de historias, usan walkie-talkies y radios, la bendita onda media. Debería seguir funcionando…- Todas se arremolinaron alrededor del Cris, que seguía en el suelo intentando sintonizar algo. -Apartad hombre, que no cojo nada…``Sskchh´´ Ahí.. ``sckss…ando de las fuer…sksss´´.- Medias palabras se reconocieron pero eso les valió para mirarse entre ellas con algo de esperanza. -Búscalo Cris, busca eso.- ``…Informando el mando de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, se está evacuando las zonas más afectadas de la zona centro de Madrid en la medida de lo posible, rogamos permanezcan seguros, y traten de hacerse visibles sin llamar la atención de… de los posibles agresores. Permanezcan en antena para recibir más detalles. Informando el mando de las fuer…´´ Las pilas de la radio murieron. -Joder, mierda de cacharro, lleva en esa mochila desde la resi.- Cris resignada reventó la radio contra la pared. -Cris, había pilas, relájate.- Marta levantó al Cris del suelo y siguió hablando.-Ahora tenemos que pensar en qué coño querían decir con eso de ``en la medida de lo posible´´ ¿Qué hacemos? ¿Salir a la calle e ir a la parada de bus a que nos recojan? No sé, que coño esperan que hagamos.- -La escalera estaba llena de zombies anoche ¿no? Y con lo que cruje esta madera no creo que podamos salir por el portal como si nada, no tenemos armas, ni nada con que cubrirnos…- Natalia perdía fuelle en la voz conforme hablaba. Pasaron un par de horas en las que estuvieron pensando en cómo salir, las opciones eran pocas, y por ahora la mejor que tenían era usar la mesa del salón como escudo, y no convencía a ninguna ni por asomo. De comida no iban mal, tenían amplio surtido de tuppers y latas con el que aguantar unos cuantos días, por lo que no estaban preocupando en demasía por el racionamiento. Se encontraban depredando un bol de fabada cuando Cris las mandó callar. -Nadie está hablando Cris, relájate un poquito.- Le replicó Marta. -Shhhhh. ¿No lo oís?- -¿El qué?- Preguntó Natalia, que trataba de afinar el oído. Cris se puso en pie y se acercó a la ventana.- Es un helicóptero, eso es un puto helicóptero.- Quedaron totalmente calladas por un momento, y se miraron unas a otras en el siguiente. Un helicóptero se oía en el horizonte. –Y es grande, se oye enorme, en la academia a al que yo fui eran muy pequeños y no se oían ni parecido, debe de ser del ejercito.- -¿Esto es en la medida de lo posible? ¿Un helicóptero? ¿Qué pretenden que volemos hasta él?- Marta se mostraba bastante escéptica con la deducción de Cris. Cris pareció no escuchar a Marta en absoluto. – Tenemos que subir al tejado, es la única manera de que nos vean.- Antes de que Marta pudiera seguir con la réplica se le adelantó Natalia. -¿Estás loca? ¿Ya no te acuerdas de Bea o que? Hay zombies por los tejados, y no podemos saber si hay más sin arriesgarnos. -Benditos veranos de nini…- Marta soltó eso y salió corriendo a su habitación. -¿Pero que dice ésta ahora?- Cris extrañada la persiguió, y asomándose a la habitación vio a Marta farfullar mientras buscaba algo debajo de su cama. -El verano pasado me piqué a MacGyver, lo ponían todas las mañanas de todos los putos días en Canal Sur, y en un capitulo MacGyver estaba encerrado en una alcantarilla custodiada y necesitaba saber cuántos guardias lo vigilaban así que hizo esto.- -¿Pegó un espejo a un palo selfie?- Cris aún no sabía por dónde iban los tiros. -No joder, es para mirar el tejado desde aquí, venga rápido no sabemos lo lejos que está el helicóptero ese que dices...- Marta apartó a Cris de la puerta y se paró frente a la ventana por la que desapareció Bea entre gritos, no habían pasado ni veinticuatro horas. Natalia alejándose tres pasos hacia atrás, aportó su granito de arena en forma de un: Cuidado no te mueras Marta. Gracias Mujer. Marta abrió la ventana con la mayor suavidad posible, lo poco que necesitaba y sacó el invento por la ventana. -No hay nadie… tampoco está Bea… Esperad, allí. Cris, eres la ama. Un jodido helicóptero.- -Tenemos que salir venga, no lo penséis más.- Cris cogió a Marta por la cintura, y la ayudó a subir. Tuvo que pegarle un buen empujón Natalia que aún no tenía del todo claro lo que estaba pasando. Y una vez las dos estuvieron fuera, ayudaron a Cris a subir con ellas. Nada más subir Cris sacó un trapo mojado en vozka que se había metido al bolsillo, y un mechero. -Que buena esa Cris.- El helicóptero ya se veía claramente, y las tres comenzaron a gritar como posesas, mientras Cris prendía el paño de cocina, que bien enjuagado en alcohol y aceite de encimera, emitía un denso humo negro. Pasaron así varios minutos, desgarrándose las gargantas contra las ensordecedoras hélices del aparato. -Se gira, ¡nos ha visto¡ ¡Se está girando¡-Natalia estalló en lágrimas mientras gritaba. El helicóptero llegó hasta sus cabezas y lazaron una escala para que las tres pudieran encaramarse. Cuando Cris, que se había quedado la última, puso el primer píe sobre el primer escalón, de la azotea contigua salieron tres siluetas cortadas por la puesta de sol. -ARRIBAAAA- Cris se puso a gritar, haciendo señales al piloto para que subiera. Por los pelos. Los tres zombies se lanzaron como posesos a por ella, cayendo por el patio interior. Y en su caída, aun temblando por el miedo, puedo discernir una coleta y unas gafas en uno de los zombies que se precipitaban, al menos Bea murió con el pelo limpio. Las tres cayeron desfallecidas al sentarse en el helicóptero, los gritos, los nervios, el cansancio y el miedo fueron demasiado, y prácticamente perdieron el conocimiento una vez las remolcaron al interior del transporte. Día 3 La luz de los fluorescentes no permitía ver nada. Cris abrió los ojos a duras penas en un camastro duro y frío, dentro de una gran tienda de campaña. Multitud de voces, coches, camiones y sirenas no le permitían centrarse en nada. Mirando a su izquierda pudo ver a Marta en otra cama con el brazo de su herida perfectamente vendado. A su derecha descansaba Natalia aún dormida totalmente. -Eh, Eh, Eh señorita despacio, no te levantes tan rápido.- Un joven militar, con bata de médico sobre el uniforme sujetó a Cris por los hombros acompañándola en su movimiento, hasta que finalmente quedó sentada en la cama. -¿Dónde estamos? ¿Qué ha pasado?- Le preguntó Cris con voz débil. -Estáis en cuatro vientos, se ha desplegado aquí la Central del ejército para coordinar la defensa de Madrid, así como el rescate de supervivientes como tú.- -¿Mis amigas están bien?- Preguntó Cris ya más consciente y preocupada. -Si, están descansando no te preocupes, vete a comer algo y te avisarán cuando despierten.- Cris se puso en pie con algo de ayuda del militar y salió del lugar. Se encontró con un auténtico caos de personas. Militares que no paraban de moverse, camiones cruzando de lado a lado, personas que cómo ella miraban desorientadas con un gato en un taller. Por la derecha escuchó un hombre gritar: ``COMIDA, COMIDA´´, y se dirigió hacia ahí. Al acercarse a la zona vió una cola de unas dos mil personas que se empujaban unas a otras por un plato de lo que fuere, y no tenía tanta hambre. Pidió un cigarrillo a un soldado bastante mono que pasó fumando cerca de ella. Amablemente le encendió en pitillo, y Cris se puso a deambular por la zona. Empezaron a dolerle las rodillas. Y se apoyó en la parte trasera de un camión que había aparcado a un lado. Un grito le llegó a Cris desde arriba. -A ver, la lista del cigarro, vete a fumar a otro puto sitio, ¿Qué coño haces ahí al lado del gasoil?- Un militar subido a un tanque le señalaba a Cris el camión. Efectivamente una enorme señal naranja, indicaba el contenido de aquel camión cisterna. -¿Quieres reventar esto o qué?- Prosiguió el militar. -Vale, vale, tranquilito.- Cris, con algún que otro aspaviento se fue hacia otro lado, hasta que encontró una silla en la que sentarse detrás de una tienda de campaña algo más pequeña que en la que se había despertado, para terminar de fumarse su cigarro tranquila. Y habiéndolo ya acabado se percató de una conversación por radio que estaba teniendo alguien dentro de la tienda. Afinó el oído. -No me jodas… ese era Gago…- Cris dio la vuelta a la tienda y esperó escondida tras un Jeep a que saliera quien estuviera dentro. Finalmente un militar salió de la tienda con cierta prisa. Cris que un primer momento pretendía entrar a por la radio en cuanto le fuera posible, decidió seguirlo a ver dónde iba con tanta premura. Se dirigió a otra tienda cercana, la cual custodiaban dos soldados seriamente armados. Por suerte Cris, pudo evitar ser vista y pasó escondida hasta un lateral, escondiéndose tras unas cajas de suministros escuchó lo que se hablaba dentro en el técnico de radio y su superior. -Señor hemos recibido noticias por radio de un grupo de cuatro supervivientes, en la zona del manzanares, podría coordinarse un rescate en helicóptero pero ha de ser rápido. -Demasiado tarde… estamos teniendo problemas en el perímetro de la zona segura, por ahora he emitido orden de que nadie abandone las instalaciones. Y así seguirá hasta que no estabilicemos la situación.- Contestó un hombre de voz profundan y tono cortante. -Pero señor, aún tenemos varios helicópteros y combustible de sobra, podría coordinarlo por mí mismo si me dej..- Un golpe secó cortó rotundamente al técnico de comunicaciones. -Como Teniente Coronel suyo y en una situación así no tolerare ni siquiera que dude de mis órdenes, vuelva a su puesto soldado.- -¡Si mi Coronel¡- Cris pudo escuchar el fuerte sonido de los zapatos del encargado de la radio al cuadrarse. Y salió corriendo hacia la primera tienda, para intentar repetir la conexión anterior. Sabía que si llegaba antes que el militar tendría unos segundos. Y allí se plantó. Cogió el micro y empezó a apretar el botón del mismo repetidas veces. Un zumbido se escuchaba al otro lado. -Ho…Hola… ¿Gago?- No pasaron ni 3 segundos hasta que una voz rompió el zumbido. -Si, Si. ¿Quién eres?.- La inconfundible voz de Gago puso a Cris nerviosísima. -Si joder sí, lo sabía, eras tú fijísimo, soy Cris. Escuchadme porque tengo muy poco tiempo, estos hijos de puta no van a ir a por vosotros, no van a ir a por nadie, esto lo dirige un tal teniente coronel no se cuantos, y ha dado órdenes de no salir. Vamos a robar un helicóptero y vamos a por vosotros, os esperamos en la plaza de Matadero a las 5, no se me ocurre un sitio mejor para aterrizar, voy a por las demás, Marta y Natalia están conmigo… Bea… Bueno, ya hablaremos, confío en vosotros, confiad en mí. El curso de helicópteros al final no era una gilipollez Fer…´´ Cris soltó el botón del micro y el zumbido volvió a resonar, esperó unos instantes pero nadie contestaba. El crujido de las botas del militar empezó a distinguirse muy cerca de la entrada a la tienda, y Cris se tiró debajo de los plásticos para salir por la parte de atrás, y corrió al puesto médico. Les había dicho a los chicos que a las 5 iría en su busca y no iba a dejarlos tirados. En su carrera hacía sus amigas, vio la zona de los helicópteros con pocos militares alrededor y se llenó de valentía. Entró como una exhalación al puesto médico. -¡Cris estás bien!- Tres personas se tiraron sobre ella a abrazarla con el mejor placaje que el rugby postapocalíptico había visto. Eran Ana, Sonia y Gloria, el resto de sus amigas. Que ahora la aprisionaban en un fuerte abrazo del que no podía zafarse. -Criiis tía menos mal que estás bien. A nosotras nos trajeron los militares que evacuaron los metros y nos encontramos aquí al medio día. Vimos vuestros nombres en las listas de rescatados y vinimos corriendo a veros pero tú no estabas, pensábamos que no habías sobrevivido… ¿Dónde estabas?- Le preguntaba Ana mientras aún se apretujaba contra ella. -A ver, dejadme un segundo por favor. Genial que estéis vivas. A ver. No tenemos mucho tiempo, acabo de hablar con Gago.- -¿¡Con Gago?!- Se sorprendieron todas a la vez. -Sí, con el puto Gago, está con Paúl, Fer y Rober, en casa, he escuchado como contactaban por radio con los militares, y como el que está al mando decidía que no iban a ir a por ellos. Que ya no están rescatando a nadie, que el perímetro de este sitio está en peligro y no se que más. El caso voy a coger un helicóptero y voy a por ellos al Matadero, una vez levanté el aparato sabré ir.- Cris terminó su discurso y las demás se miraron las unas a las otras y luego a Cris otra vez. -Cris piensa por un momento, has podido hablar con cualquiera. Todos están desesperados porque los recaten. Además que hiciste un cursillo de una semana de pilotaje, ¿vas a saber levantar un bicho de esos?-Marta no terminaba de creerse las palabras de Cris, y recién despertada y con el brazo herido, tenías las energías justas. Ana continuó el argumento.- Si Cris, relájate, poco podemos hacer ¿no? Osea ya están los militares para esas cosas, lo mejor que podemos hacer es permanecer aquí.- Sonia asentía pronunciando pocas palabras. –Si.. si, yo no creo que debamos liarla aquí dentro…- -¡Yo voy! Ellos vendrían, lo sabéis, bueno puede que Gago no, pero Fer y Paul vendrían, ¡lo sabéis! Y a Rober no lo conozco mucho, pero también parece un tío majo, cuenta conmigo Cris.- Gloria se puso en pie y agarrando su ruidosa mochila se acercó hacia Cris que se había puesto en pie al lado de la puerta. -Yo también tengo que ir, si Paúl ha sobrevivido y somos su única esperanza tengo que ir… no me queda otra…- Natalia se levantó y miró al resto. –Os entiendo. No os preocupéis estaremos bien. Y nosotros también.- Natalia salió bajo el brazo de Cris que mantenía la puerta abierta con Gloria ya en el exterior. Cruzaron una última mirada y se fueron. No había tiempo ni para reproches ni para culpas. Eran cerca de las 16:30, treinta minutos para la recogida. -¿Algún plan en concreto?- Preguntó Gloria. -Bueno, he visto que por allí están los helicópteros, que supongo estarán listos para despegar, y si es como me contaron que son los helicópteros militares, debería levantes rápidamente, asique propongo ir corriendo y subirnos.- El equipo A, vaya.-Le interrumpió Natalia.- una vez estemos en el aire no creo que nos detengan.- -Pues venga.- Gloria se calzó unas gafas de sol y comenzó a caminar como con su cara de ``no voy robar material tranquis´´ que tan bien le salía. Las tres se agacharon detrás de la última línea de coches que les separaba del helicóptero que tenían más a mano, aprovechando que los dos guardias estaban distraídos fumando viendo descargar armamento. Las tres se subieron en silencio a la máquina. -Cinturones, (vamos Cris tu puedes… esto está hecho…). Poneos los cascos, voy a arrancar esta mierda.- Cris desborda confianza y sudor frío. Conforme las hélices empezaron a rotar, los dos que vigilaban se dieron la vuelta y corrieron hacia ellas. -Cris no es por meterte prisa. Pero ¡DALE DALE DALE¡- Gloria se puso a gritar por el micro dejando sordas a Natalia y Cris. Mientras metía la mano en su mochila y empezaba a tirarles botellines de cerveza a los militares que venían a por ellas. -SUBE CABROOOOÓN- Con este alarido Cris empujaba hacia atrás los mandos todo lo que podía hasta que finalmente el helicóptero se despegó del suelo. -Serán hijas de puta las niñatas.- Uno de los militares las encañó con el rifle a abrir fuego. -¡Eres imbécil para!- El otro militar le desvió el cañón.- Si le pegas al depósito morimos todos. Déjalas, no se adonde irán pero hay muerte por todos lados, que vayan donde les dé la gana. El helicóptero se alejaba de la base de cuatro vientos, y resto de la historia, está en otra la historia.


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