La abeja Maya, renqueante, huía del acoso del otrora perezoso Willy, sin mirar por dónde circulaba; de manera que una de las fosas nasales del viejo Vicky el vikingo, la atrapó involuntariamente.Esto provocó un estornudo brutal del cornudo dibujo avejentado. Como dos bolos arrollados por una bola inmensa, las dos abejas salieron proyectadas hacia el río, del que emergía de su baño matinal de aguas especiales, calentito contra la oxidación, el propio Mazinger Z. Casi lo derriban los insectos. El robot lanzó los puños, enfurecido. Las manoplas, medio reumáticas, no atinaban a aplastar a los ancianos insectos. La señorita Rottenmeier tocó el silbato, y acabó con la refriega de los viejos. " Debería darles vergüenza, a su edad" . Mustios y cabizbajos, caminaron despacito hacia la residencia de pensionistas, donde les esperaba el recalcitrante Marco, con sus historietas y batallitas sobre su madre...