Vuelven a ser invisibles los globos, los gorros, la piñata y el confeti, hasta una próxima oportunidad. Ya todos los invitados se marcharon, aprovechando el sueño de los dueños de casa, mientras los anfitriones descolgaron las guirnaldas y los lazos de colores, amontonaron las sillas todas en una esquina y las mesas reposan una encima de la otra junto a la pared. Del derroche de la noche anterior, sólo quedan migajas de queso regadas por el suelo. Furiosa, mamá ratona limpia a gran velocidad mientras obliga a sus ratoncitos a volver a la guarida. Es inminente el regreso del gato.