Ha atravesado nebulosas, ha visto colapsar estrellas y nacer planetas en la inmensidad de un universo infinito. Le ha llegado luz desde todos los ángulos y ha visto la más cruda representación de la nada. Su cuerpo, en constante adaptación, ha atravesado marismas de hielo, ríos de lava, tormentas eléctricas… Ha resistido venenos de flora y fauna con la que jamás imaginó encontrarse, ha aprendido secretos que jamás debieron ser revelados. El tiempo, su más viejo amigo, ha decidido no volver a visitarlo. La soledad, sin embargo, ha jurado no separarse jamás de su lado. Meteoros y cometas marcan la dirección de sus próximos destinos. Los horizontes han dejado de ser un sueño, los cruzará todos, por siempre, pues su objetivo es el camino.