Microrrelato de lectores: Felicidad. De Fernando Salazar

En las megaurbes, los robots cubrían cualquier necesidad de sus amos. La automatización había suplido muchos oficios laboriosos, por lo que sus habitantes podían dedicar más tiempo al ocio y al arte... más al ocio, ciertamente. Las enfermedades y dolencias seguían reduciéndose, gracias a los implantes cibernéticos y píldoras nanotecnológicas. El uso lúdico del cosmos continuaba creciendo y los hermosos habitantes de los modernos Párnasos se dejaban llevar de su delirante ensueño. Mientras tanto, en un paupérrimo caserío entre los montes, dos desnutridos niños jugaban alegremente con piedras y palos.